
Tal vez no sepas que las baterías de ordenador portátil, Tablet o teléfono móvil, son mercancías peligrosas. Esto significa que, en determinadas circunstancias, deben cumplir reglamentaciones específicas para su almacenamiento, manipulación y transporte.
Este detalle nos puede dar una idea de la importancia que adquiere el transporte de mercancías peligrosas en la actividad logística mundial. Se trata de un apartado con entidad propia, dada la naturaleza de los materiales transportados y los desafíos regulatorios, ambientales y de seguridad entre otros muchos. Todo esto requiere un elevado nivel de especialización en el aspecto humano y técnico, a fin de aprovechar las muchas oportunidades de negocio que ofrece este segmento de actividad.
En este artículo, abordaremos las peculiaridades, oportunidades y retos que afrontará el transporte de mercancías peligrosas en el futuro próximo. Analizaremos las tendencias y proyecciones para el próximo año, así como las implicaciones regulatorias, tecnológicas y ambientales.
Una actividad en crecimiento constante
Son miles los bienes que son o contienen materiales peligrosos. Muy especialmente, en 2023, año de la descarbonización. Solo el sector de la movilidad eléctrica requiere el transporte, almacenamiento y manufacturación de miles de materiales potencialmente peligrosos.
Nada permite suponer que este crecimiento va a detenerse en los próximos años. Más bien al contrario: además del auge de los vehículos eléctricos -por mencionar solo una clase de producto-, vemos un repliegue de las deslocalizaciones, lo que supondrá un incremento en el transporte de materiales y sustancias peligrosas.
¿Qué entendemos como mercancías peligrosas?
Las sustancias peligrosas se clasifican en nueve clases:
- Explosivos. Materiales o dispositivos que liberan gas y calor. Se activan por calor, golpes o contaminación y los resultados pueden derivar en riesgos mecánicos o térmicos
- Gases. Sustancias comprimidas o licuadas por presión o frío extremo. Pueden producir quemaduras por congelación o envenenamiento.
- Líquidos inflamables. Toda sustancia líquida cuyo punto de inflamación sea inferior a los 37ºC (100 ºF). Entre ellos, la gasolina, el alcohol etílico y el tolueno.
- Sólidos inflamables. materiales sólidos, no explosivos, que pueden causar fuego mediante fricción, exposición al calor o contacto con aire o agua.
- Materiales oxidantes. Esta clase la constituyen las sustancias que liberan oxígeno, facilitando la combustión incluso en condiciones de vacío.
- Materiales venenosos. Aquellos que, debido a su composición química, tienen efectos sobre cualquier forma de vida, por ingestión, contacto o inhalación.
- Materiales radiactivos. Emiten partículas, Alfa, Beta y Gama, con efectos dañinos sobre los organismos expuestos.
- Materiales corrosivos. Provocan daños por contacto a personas, corroen materiales como el acero y el aluminio o resultan venenosos o irritantes. El ácido sulfúrico es un ejemplo de ellos.
- Otros materiales regulados. No están incluidos en las clases anteriores, pero pueden ser anestésicos, nocivos o causar irritaciones.
El desafío regulatorio.
Con el crecimiento de la demanda, es más que probable la apertura de nuevos mercados y la aparición de nuevas rutas de transporte más eficientes y seguras. También crecerán a un ritmo semejante las regulaciones internacionales al respecto.
Especial interés nos despiertan las regulaciones europeas, que están determinadas por el Acuerdo De Transporte De Mercancías Peligrosas Por Carretera, ADR por sus siglas en inglés y francés. Este conjunto de normativas entró en vigor en 1986 y ha sufrido sucesivas modificaciones desde entonces.
La normativa ADR alcanza todos los aspectos relativos a estas mercancías: su clasificación, los envases y embalajes que deben usarse, el etiquetado, la documentación, el tipo de vehículo autorizado, los procedimientos de emergencia, las responsabilidades de los ocupantes y las excepciones y exenciones.
Eso no es todo. También el transporte aéreo y marítimo tienen sus propias regulaciones: las Instrucciones Técnicas de la OACI, para el transporte en avión, y la IMDG, para los buques, son las normativas correspondientes y, dada la globalización de nuestra actividad, muy semejantes entre sí. Todas ellas se actualizan periódicamente para reflejar los avances tecnológicos y cambios en las regulaciones de seguridad.
Además de las regulaciones internacionales, el transporte de mercancías peligrosas también está sujeto a normativas regionales y locales que varían de un país a otro. Las empresas deben ser capaces de adaptarse a estas normativas específicas en cada región donde operan, lo que implica un desafío adicional en términos de cumplimiento y gestión de la logística.
El desafío de la seguridad y la formación
Garantizar un transporte feliz es responsabilidad de todos los eslabones de la cadena. Los riesgos son personales y también medioambientales. Por eso no basta con un departamento de compliance. Es imprescindible contar con un equipo bien formado, desde los conductores hasta el personal a cargo de la manipulación y el almacenamiento, de modo que todos entiendan en su totalidad los riesgos y el modo de minimizarlos.
Además, los próximos años traerán una renovación de la flota -o gran parte de la misma- para reducir la huella de carbono. Una renovación de vehículos y maquinarias que de nuevo exigirán acciones formativas de importancia.
Oportunidades de negocio en el transporte de mercancías peligrosas
El reverso de todos estos desafíos es, por supuesto, el abanico de nuevas oportunidades para las empresas y personas que sepan aprovecharlas.
En efecto, el mercado está esperando a nuevos agentes expertos en el transporte de mercancías peligrosas, con proactividad y capacidad de anticiparse a las demandas de una actividad en continua transformación. Esto afecta por igual directivos, transportistas y operarios. Y, sobre todo, a partners tecnológicos que aporten soluciones para el perfeccionamiento de los sistemas de seguimiento y control, la evaluación de riesgo en tiempo real, mejora de las condiciones de seguridad y, por supuesto, todos los usos de la IA en la logística de mercancías peligrosas.
Esta es, a grandes rasgos, nuestra visión. Un futuro donde seguridad, tecnología y sostenibilidad serán los pilares del crecimiento del sector, el transporte de mercancías peligrosas presenta tanto oportunidades de futuro como desafíos significativos. Con toda seguridad, la demanda seguirá en aumento, pero los cambios normativos y tecnológicos serán frecuentes. Por eso, las empresas y los profesionales debemos permanecer atentos a las tendencias y proyecciones para aprovechar las oportunidades de negocio que sin duda surgirán, siempre con la seguridad en el centro de nuestros intereses.